El regreso de la Bestia (a toro pasao), por Mateo Serrano Escolar
Jueves 4 de julio de 2013.

Julio, denominación del séptimo mes en honor
de Julio César para el Occidente cristiano, para la AVFL en honor a Julio
Palma. Para las víctimas de la LOGSE aclaro que la primera democracia mundial
son los EE.UU.
Yo tardé años en aprender que estas siglas se referían a
los USA que vi por primera vez en los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) de Múnich 1972
escritos en los dorsales de los atletas negros que levantaban un puño
enguantado mientras sonaba el bonito himno de las barras y estrellas. Bastantes años después descubrí el significado de aquellos puños. Pero a los trece o catorce años yo vivía ingenuamente feliz e ignorante de la política.
Estas olimpiadas las viví con verdadera emoción y
empapándome de todo a la edad de trece años, pues mi padre había comprado la
tele en el día de su santo.
Las anteriores Olimpiadas, Méjico 1968,
no pude seguirlas tan a fondo, pues con nueve años desconoces muchas cosas
necesarias para entender la trascendencia del asunto.
Las vimos en la tele de Miguel el litri,
que fue una de las primeras del pueblo. Sin embargo, en del amplio corral que
tenía la casa donde vivían los litris (actual residencia de Pedro Cánovas y
familia), montamos un estadio olímpico al estilo fuentero bajo la docta
dirección de Felipe Aº, el mayor de los hijos del litri, y como operarios y
luego atletas de fábula, sus hermanos Jesús, Miguel, José y Francisco Javier,
Juan Carlos creo que aún no había nacido. También estábamos los vecinos
Serranos, los Plegueros, los Zarcos, los Pelapollos y otros etcéteras. Aquel
estadio tenía una forma rectangular y estaba cercado por la cuadra, la
marranera, las conejeras, el gallinero y un gran estercolero, que era nuestro foso para los saltos, alrededor del
cual limpiamos y marcamos la pista olímpica. También había en aquel enorme
corral aperos varios como la máquina cosechadora del tío Josepe y algún que
otro carro en desguace. Allí hicimos lanzamientos, saltos, carreras, deportes
de balón y lucha, mucha lucha. El litri mayor era muy ocurrente y lo sabía todo
al respecto.
Otro
evento memorable de esa olimpiada fue el partido de baloncesto URSS vs USA,
pues era la primera vez que el equipo estadounidense no ganaba la medalla de
oro. Fue una final muy controvertida, aquello era mucho más que un partido de basket, era política de bloques, guerra
fría, guerra de propaganda.


Yo ya había estudiado en los libros de
historia de entonces que las Olimpiadas eran desde los tiempos heroicos de la
Grecia clásica un período de tregua, un tiempo sagrado en el que no se podía
guerrear, y mucho menos asesinar a sangre fría de la manera que lo hicieron.
Aquel día algo se rompió en el mundo idealizado del niño que yo era.
¡Qué manera de divagar! ¿Por dónde iba?
Ah, sí, el tema del regreso y la crónica del partido. Para no perder mis viejas
costumbres empezaré por dejar constancia de los hechos científicamente
comprobados:
1) Han transcurrido once meses desde la
última vez que pisé el Albardinal.
2)Cuando desemboco en el campo por la
calle de las escuelas son las 19:50 horas, la valla está cerrada, el candado
está echado, la sombra va ganándole terreno al sol y no veo rastro de
veteranos.
3)Cinco cabras, cinco, pastan ociosas sin
mucho entusiasmo las matas que malamente verdean en las zonas donde más se
asienta el agua en el campo. Me miran indiferentes un breve lapso y exhibiendo orgullosas sus bamboleantes ubres se alejan parsimoniosas escorándose al córner donde crecen
más hierbajos.
Me pregunto si las cabras guardarán en su
memoria caprina el recuerdo de que este campo una vez fue cañada y vereda (cañá y verea en el habla murciana) de
paso de ganado.
Me pregunto también dónde se habrá metido
el ganado actual que pisotea el campo, el bípedo implume que ha usurpado la
tierra de las cabras y las ovejas, que la ha estrujado, molido y aplanado, que
la ha pintarrajeado y cercado para liberarla cada jueves con el pretexto
extraño de patear un cuerpo esférico de unos veintidós centímetros de diámetro,
inflado a una presión de dos atmósferas y hecho de cuero o plástico. Sumido en
esta perplejidad existencial me voy a ver a mi madre y la hallo en su casa,
rezando el Santo Rosario en compañía de su amiga Paquita de la tía Mariquita,
viuda de Paco el librillano.
-Como hace mucho calor todavía nos hemos
puesto a rezar el Rosario y luego saldremos a andar -dice la Encarna del pico,
antes conocida como la hija menor del tío José de las telas, viuda de José de
la Pupé.
Bajo a saludar a mi chacha María las
telas y vuelvo otra vez al campo. Entonces diviso la hercúlea figura de Dani
Rumano abriendo el candado. Empezamos la maniobra de riego y aparece el
voluntarioso Multi. Qué ha pasado con los turnos, me pregunto para mis adentros. Al rato llega el abnegado Misi.
Siempre son los mismos, sigo yo reflexionando conmigo mismo. Entonces, como el
príncipe Hamlet, exclamo: "¡Algo
anda podrido en Dinamarca!". Pero en lugar de eso me oigo preguntar:
"¿De quién son las cabras?".
Pero basta ya de tanta divagación. El
motivo inicial de estas crónicas era: Si no viniste al partido, te lo contamos.
Y eso es lo que voy a hacer ahora, sin irme por las ramas. ¡Andá! Qué tarde se me ha hecho y aún no he contado nada del partido. El próximo día (que pueda) lo cuento.