martes, 9 de julio de 2013

LAS CRÓNICAS DEL ALBARDINAL: EL REGRESO (parte I)

El regreso de la Bestia (a toro pasao), por Mateo Serrano Escolar
Jueves 4 de julio de 2013.

Jueves, día de júbilo en el colectivo AVFL. Día 4 de julio, día de júbilo en la primera, más poderosa y más verdadera democracia del mundo (pese a quien le pese y reconociendo que allí tampoco atan los perros con longaniza ni tampoco es oro todo lo que reluce).

 Julio, denominación del séptimo mes en honor de Julio César para el Occidente cristiano, para la AVFL en honor a Julio Palma. Para las víctimas de la LOGSE aclaro que la primera democracia mundial son los EE.UU.  

Yo tardé años en aprender que estas siglas se referían a los USA que vi por primera vez en los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) de Múnich 1972 escritos en los dorsales de los atletas negros que levantaban un puño enguantado mientras sonaba el bonito himno de las barras y estrellas. Bastantes años después descubrí el significado de aquellos puños. Pero a los trece o catorce años yo vivía ingenuamente feliz e ignorante de la política.

Estas olimpiadas las viví con verdadera emoción y empapándome de todo a la edad de trece años, pues mi padre había comprado la tele en el día de su santo.

Las anteriores Olimpiadas, Méjico 1968, no pude seguirlas tan a fondo, pues con nueve años desconoces muchas cosas necesarias para entender la trascendencia del asunto. 
Las vimos en la tele de Miguel el litri, que fue una de las primeras del pueblo. Sin embargo, en del amplio corral que tenía la casa donde vivían los litris (actual residencia de Pedro Cánovas y familia), montamos un estadio olímpico al estilo fuentero bajo la docta dirección de Felipe Aº, el mayor de los hijos del litri, y como operarios y luego atletas de fábula, sus hermanos Jesús, Miguel, José y Francisco Javier, Juan Carlos creo que aún no había nacido. También estábamos los vecinos Serranos, los Plegueros, los Zarcos, los Pelapollos y otros etcéteras. Aquel estadio tenía una forma rectangular y estaba cercado por la cuadra, la marranera, las conejeras, el gallinero y un gran estercolero, que era nuestro foso para los saltos, alrededor del cual limpiamos y marcamos la pista olímpica. También había en aquel enorme corral aperos varios como la máquina cosechadora del tío Josepe y algún que otro carro en desguace. Allí hicimos lanzamientos, saltos, carreras, deportes de balón y lucha, mucha lucha. El litri mayor era muy ocurrente y lo sabía todo al respecto.

 Esa fue la Olimpiada en que Mark Spitz (USA) ganó siete medallas de oro en natación, cosas nunca vista hasta la fecha. La competición de natación y saltos la realizamos en el canal (poza del tío Felipe).

Otro evento memorable de esa olimpiada fue el partido de baloncesto URSS vs USA, pues era la primera vez que el equipo estadounidense no ganaba la medalla de oro. Fue una final muy controvertida, aquello era mucho más que un partido de basket, era política de bloques, guerra fría, guerra de propaganda. 

El litri hizo una especie de aro con la cinta de hojalata de una caja de sardinas y la clavó con púas en la enorme puerta de parador por la que accedían los carros al corral. Yo creo que jugábamos al baloncesto al estilo de los incas.


Pero como he dicho, aquel verano de 1972 sufrí una de mis grandes decepciones con el género humano; fue cuando hizo su aparición en el seno de la Olimpiada la violencia extrema de la organización terrorista palestina Septiembre Negro, asesinando a once atletas israelíes. La historia lo recuerda como La masacre de Múnich.

Yo ya había estudiado en los libros de historia de entonces que las Olimpiadas eran desde los tiempos heroicos de la Grecia clásica un período de tregua, un tiempo sagrado en el que no se podía guerrear, y mucho menos asesinar a sangre fría de la manera que lo hicieron. Aquel día algo se rompió en el mundo idealizado del niño que yo era. 

¡Qué manera de divagar! ¿Por dónde iba? Ah, sí, el tema del regreso y la crónica del partido. Para no perder mis viejas costumbres empezaré por dejar constancia de los hechos científicamente comprobados:

1) Han transcurrido once meses desde la última vez que pisé el Albardinal.
2)Cuando desemboco en el campo por la calle de las escuelas son las 19:50 horas, la valla está cerrada, el candado está echado, la sombra va ganándole terreno al sol y no veo rastro de veteranos.
3)Cinco cabras, cinco, pastan ociosas sin mucho entusiasmo las matas que malamente verdean en las zonas donde más se asienta el agua en el campo. Me miran indiferentes un breve lapso y exhibiendo orgullosas sus bamboleantes ubres se alejan parsimoniosas escorándose al córner donde crecen más hierbajos.

Me pregunto si las cabras guardarán en su memoria caprina el recuerdo de que este campo una vez fue cañada y vereda (cañá y verea en el habla murciana) de paso de ganado.

Me pregunto también dónde se habrá metido el ganado actual que pisotea el campo, el bípedo implume que ha usurpado la tierra de las cabras y las ovejas, que la ha estrujado, molido y aplanado, que la ha pintarrajeado y cercado para liberarla cada jueves con el pretexto extraño de patear un cuerpo esférico de unos veintidós centímetros de diámetro, inflado a una presión de dos atmósferas y hecho de cuero o plástico. Sumido en esta perplejidad existencial me voy a ver a mi madre y la hallo en su casa, rezando el Santo Rosario en compañía de su amiga Paquita de la tía Mariquita, viuda de Paco el librillano.
-Como hace mucho calor todavía nos hemos puesto a rezar el Rosario y luego saldremos a andar -dice la Encarna del pico, antes conocida como la hija menor del tío José de las telas, viuda de José de la Pupé.

Bajo a saludar a mi chacha María las telas y vuelvo otra vez al campo. Entonces diviso la hercúlea figura de Dani Rumano abriendo el candado. Empezamos la maniobra de riego y aparece el voluntarioso Multi. Qué ha pasado con los turnos, me pregunto para  mis adentros. Al rato llega el abnegado Misi.

Siempre son los mismos, sigo yo reflexionando conmigo mismo. Entonces, como el príncipe Hamlet, exclamo: "¡Algo anda podrido en Dinamarca!". Pero en lugar de eso me oigo preguntar: "¿De quién son las cabras?".

Pero basta ya de tanta divagación. El motivo inicial de estas crónicas era: Si no viniste al partido, te lo contamos. Y eso es lo que voy a hacer ahora, sin irme por las ramas. ¡Andá! Qué tarde se me ha hecho y aún no he contado nada del partido. El próximo día (que pueda) lo cuento.

viernes, 5 de julio de 2013

EL REGRESO (de la Bestia)

EL REGRESO (de la Bestia)

En la dura estepa del Albardinal      
do campan irrespetuosos
jóvenes, intrépidos futboleros
cual lobos feroces y furiosos
dicen que se oyen lamentos,
que veteranos añejos llorosos
ya no salen los joviales jueves,
ya no trotan ni hollan gozosos
en el campo de fútbol soñado
desde aquellos tiempos remotos.

Chengos, temblad.
 Cuidado, hermanos Rubio.
 Cerones, ojo avizor.
 Al loro, Matacanes.
 Orcajadas, ataros los machos.
 En guardia, Cortijeros
 Jóvenes, guardaos.

Se hace saber a cuantos oyeren y entendieren que el próximo jueves, D. M., tiene previsto comparecer en el infierno del Albardinal Arena un temible defensa venido a menos, un delantero en horas bajas, un medio que se ha quedado en mitad del cuarto, un veterano en exceso, un vengador desaforado dispuesto a hacer justicia por sus caídos camaradas veteranos. Y de paso quiere también volver a realizar aquellas catas científicas, observar sobre el terreno la situación y circunstancias del ente llamado AVFL para llevar a cabo un dictamen, una resolución a la Asamblea General que algún día se tendrá que convocar.

Firma: El vengador solitario, o sea , el Jedi veterano.